Oda a los poetas populares (исполнитель: Pablo Neruda)
... POETAS naturales de la tierra, escondidos en surcos, cantando en las esquinas, ciegos de callejón, oh trovadores de las praderas y los almacenes, si al [bad word] ramos tal vez corno vosotros hablaría, si las piedras dijeran su lamento o su silencio, con vuestra voz, hermanos, hablarían. Numerosos [bad word] las raíces. En el antiguo corazón del pueblo habéis nacido y de allí viene vuestra voz sencilla. Tenéis la jerarquía del silencioso cántaro de greda perdido en los rincones, de pronto canta cuando se desborda y es sencillo su canto, es sólo tierra y agua. Así quiero que canten mis poemas, que lleven tierra y agua, fertilidad y canto, a todo el mundo. Por eso, poetas de mi pueblo, saludo la antigua luz que sale de la tierra. El eterno hilo en que se juntaron pueblo y poesía, nunca se cortó este profundo hilo de piedra, viene desde tan [bad word] la memoria del hombre. Vio con los ojos ciegos de los vates nacer la tumultuosa primavera, la sociedad humana, el primer beso, y en la guerra cantó sobre la sangre, allí estaba mi hermano barba roja, cabeza ensangrentada y ojos ciegos, con su lira, allí estaba cantando entre los muertos, Homero se llamaba o Pastor Pérez, o Reinaldo Donoso. Sus endechas eran allí y ahora un vuelo blanco, una paloma, eran la paz, la rama del árbol del aceite, y la continuidad de la hermosura. Más tarde los absorbió la calle, la campiña, los encontré cantando entre las reses, en la celebración del desafío, relatando las [bad word] de los pobres, llevando las noticias de las inundaciones, detallando [bad word] del incendio o la noche nefanda de los asesinatos. Ellos, los poetas de mi pueblo, errantes, pobres entre los pobres, sostuvieron sobre sus canciones la sonrisa, criticaron con sorna a los explotadores, contaron la miseria del minero y el destino implacable del soldado. Ellos, los poetas del pueblo, con guitarra harapienta y ojos conocedores de la vida, sostuvieron en su canto una rosa y la mostraron en los callejones para que se supiera que la vida no será siempre triste. Payadores, poetas humildemente altivos, a través de la historia y sus reveses, a través de la paz y de la guerra, de la noche y la aurora, sois vosotros los depositarios, los tejedores de la poesía, y ahora aquí en mi patria está el tesoro, el cristal de Castilla, la soledad de Chile, la pícara inocencia, y la guitarra contra el infortunio, la mano solidaria en el camino, la palabra repetida en el canto y transmitida, la voz de piedra y agua entre raíces, la rapsodia del viento, la voz que no requiere librerías, todo lo que debemos aprender los orgullosos: con la verdad del pueblo la eternidad del canto.